La soberbia de hablar y decidir por los demás
Cuando una persona de la calle te dice que no quiere ir a un albergue o a un piso compartido, es porque las formas de ofrecerle dicha ayuda o la naturaleza de estas ayudas están fallidas, mal enfocadas, equivocadas en su esencia o diseñadas para otra clase de personas.
¿Porqué no se adapta las ayudas a la naturaleza de estas personas a la de sus circunstancias de vida?. ¿Cómo es posible que las entidades diseñen los recursos de una forma que obliguen a los posibles usuarios a que se adapten a sus características y caprichos, perdiendo la poca dignidad que les queda e incluso la salud?. ¿Qué ha pasado con el servicio público? O es que ya no debería llamarse público sino privado, caprichoso, señorial y tal vez muy delicado y sensible.
¿Porqué no se adapta las ayudas a la naturaleza de estas personas a la de sus circunstancias de vida?. ¿Cómo es posible que las entidades diseñen los recursos de una forma que obliguen a los posibles usuarios a que se adapten a sus características y caprichos, perdiendo la poca dignidad que les queda e incluso la salud?. ¿Qué ha pasado con el servicio público? O es que ya no debería llamarse público sino privado, caprichoso, señorial y tal vez muy delicado y sensible.
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